piątek, 11 kwietnia 2014

CRISIS DE REALISMO Y CRISIS VOCACIONAL




Durante la semana hemos estudiado, reflexionado y trabajado este tema acompañadas de nuestra hermana Agniéska Zagajewska,  quien nos ayudó a  reflexionar de una manera muy fraterna, sencilla y sobre todo muy humana, a tomar consciencia que no podemos estar ajenas a esta realidad que se presenta en un momento determinado de nuestras vidas y que es necesario afrontar con madurez y lucidez interior para no tomar decisiones equivocadas.

En la crisis hemos de mirar la realidad de frente, primero hemos de desatender a la zona oscura de  la crisis, desenmascarar, tomar conciencia de cuando llega y como llega la crisis  de realismo, descubriendo sus primeros datos y atención a las sensaciones.
Cuando somos puestos a prueba, al principio se impone lo desconcertante y poco apoco le damos la vuelta y comenzamos a ver le lado luminoso.
La crisis de realismo, al constituirse en la encrucijada existencial, paradójicamente posibilita el cambio que atañe a las raíces de la persona, a sus fundamentos como son: Psicológicamente =la aceptación del principio de realidad, posibilita “amar y trabajar en libertad”.
Existencialmente=  la integración positiva de la finitud abre el horizonte de la sabiduría”.
Espiritualmente= es el tiempo de las virtudes teologales, el de la segunda conversión”.

Es muy importante saber que los años no garantizan la madurez cristiana, en la crisis de realismo, lo humano y lo divino, lo psicológico y lo religioso-moral van entrelazados.
Realismo:
ØSignifica madurez psicológica y aceptación de la realidad  sin querer vivir del as fantaseas del deseo.
Ø Nuestras opciones no tienen sentido si no son utópicas. ¿No hemos sido llamados a ser testigos explícitos del Reino?
Ø Experiencia fundante del amor salvador de Dios. “Si el grano de trigo no muere, no da fruto"
Ø Vivir en la fantasía e ideología o aceptar la realidad
Ø Nostalgia del pasado o aceptación de la propia finitud. (prepararse para la vejez). “Cada edad exige su propia renovación”.
ØSe necesita para ello:
Acompañamiento espiritual, para discernir la voluntad de Dios y ser fiel en el lugar donde estamos.

“la crisis da sentido a la vocación, reafirmándola en verdad y satisfaciendo una doble exigencia, unidad interior y universal”.

                 









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