wtorek, 25 lutego 2014

“Dime que pastoral vocacional haces y te diré que cultura vocacional tienes”!



   Con nuestra hermana Rosa Ruiz llevamos este  taller sobre " Cultura vocacional y pastoral vocacional".  Iniciamos el encuentro Orando con el nº 94 de nuestras Constituciones “La grandeza del beneficio que nos ha hecho Dios nuestro Señor al habernos llamado al estado religioso jamás la entenderemos hasta el día del juicio,  y solamente entonces conoceremos lo que ahora no podemos comprender”.


         
Reflexionamos tomando conciencia que nuestra vocación no es un extra ni un trabajo sino un don, un regalo, beneficio  que Dios ha querido hacernos.Luego nos invitó a expresar lo que es para cada una la cultura vocacional y pastoral vocacional, palabras sueltas, salir al encuentro, que conoce y parte de la realidad de las personas, que vive los valores humanos cristianos, nos presentó una imagen de un bombillo—foco, pero que a su vez era un salero,  y compartimos el sentido que tiene es ser luz y sal del mundo desde en el  lugar donde estemos, de iluminar con nuestras actitudes de vida en medio de una cultura de muerte de alguna manera como se vive en algunas situaciones; 
La cultura vocacional y pastoral vocacional solo se entienden desde la vocación y la misión, porque nadie recibe una vocación si no  hay misión y viceversa, Dios nunca llama sin dar misión y  nunca pide algo si no llama por el nombre primero.
  

 La cultura vocacional y la pastoral vocacional es una clave de fondo para el tema de la restructuración, “dime que pastoral vocacional haces y te diré que cultura vocacional tienes”! y que sabemos  estamos en un proceso de restructuración y no la hay sino renovamos algo en nosotras porque no podemos construir una nueva cultura vocacional si no vivimos la vida como vocación y eso se nota en nuestras actitudes, valores, y creencia consientes e inconscientes.

“Toda la renovación de la Iglesia consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación” (UR6).  
“Sin vida nueva y auténtico espíritu evangélico, sin «fidelidad de la iglesia a la propia vocación», cualquier estructura nueva se corrompe en poco tiempo (EG 26)”.















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